En comparación con otras personas, los fumadores necesitan más vitamina C (30 mg más por día). Además, las madres embarazadas y lactantes necesitan mayores cantidades de vitamina C (10 mg más por día). La falta de vitamina C puede manifestarse en una capacidad reducida del cuerpo para resistir los procesos oxidativos, en agotamiento e irritabilidad. Con una deficiencia a largo plazo de vitamina C, se puede desarrollar escorbuto. Los síntomas del escorbuto aparecen cuando el nivel de vitamina C en el plasma cae por debajo de 11 μg/L o las reservas totales en el cuerpo están por debajo de 300 mg. Tsingu es una condición extremadamente rara. La biodisponibilidad de la vitamina C en dosis de no más de 100 mg es de al menos el 80 %, en 200–500 mg – 60–70 %, en dosis superiores a 1000 mg – menos del 50 %. Grandes cantidades de vitamina C pueden provocar diarrea y otros trastornos digestivos y, en personas con una mayor sensibilidad al ácido ascórbico, una mayor formación de cálculos renales. Las mejores fuentes de vitamina C son las verduras y frutas, bayas, jugos; escaramujos, espino amarillo, pimentón, grosellas negras, moras, fresas, cítricos, grosellas rojas, repollo, brócoli, cebollas, colinabos, grosellas, frambuesas, tomates, coliflor.
